Los veintidós poemas que componen Bosque de sueños trazan un arco cuyo tema principal es la transformación, entendida como un proceso de muerte y renacimiento o una muda de piel que sobreviene como parte de un desarrollo y un crecimiento internos. Un proceso a la vez duro y lírico, similar a la regeneración de un gran bosque —interior en este caso— tras un incendio. Las ilustraciones que acompañan a cada uno de los poemas ofrecen un punto de anclaje visual y de pausa a lo largo de los distintos momentos y profundidades del proceso; esas pausas se prolongan en versos sueltos que —a veces como pregunta, a veces como reacción o como respuesta— conectan unos poemas con otros, como pequeños eslabones en una cadena.