Los tres cerditos eran hermanos y vivían en una granja, pero allí se aburrían. Un día decidieron marcharse. Tras mucho caminar encontraron el sitio perfecto para construir su casita. Como no se ponían de acuerdo en el material con el que se debía construir la casa, construyó cada uno la suya. El mayor de todos la hizo de paja, el segundo de madera y el tercero de ladrillos. Los dos primeros acabaron sus casitas rápidamente. El último tardó más y tuvo que soportar las burlas de sus hermanos. Una noche, apareció un lobo por allí. Se acercó a la casa del primer cerdito y, como éste no le abría la puerta, la derribó de un soplido. El pobre cerdito huyó a casa del segundo hermano. Allí se repitió la historia: el lobo la derribó de un soplido. Los dos hermanos corrieron a casa del más pequeño. Pero esta vez el lobo no la pudo derribar y decidió colarse por la chimenea. Lo que no sabía es que iba a caer dentro de un caldero con agua hirviendo.
