AA.VV
Cada a?o se presentan más de veinte millones de autoliquidaciones de IRPF y casi tres millones de autoliquidaciones de IVA, por citar solo dos magnitudes. Los órganos de aplicación de los tributos tienen encomendado garantizar que dichas autoliquidaciones son correctas, y para ello realizan actuaciones de información y asistencia previa, de control preventivo y de control a posteriori. La gestión tributaria es un área tan heterogénea como dinámica. A un goteo de reformas normativas se suma una apuesta decidida por la automatización de actuaciones y un intento de mejorar la relación entre la Administración, los obligados y los intermediarios fiscales. Sin embargo, persisten problemas bien conocidos: entre otros, las insuficiencias de los mecanismos de consulta a la hora de proporcionar suficiente seguridad jur¡dica; la falta de un marco jur¡dico completo para las actuaciones informatizadas y para el uso de la inteligencia artificial; el progresivo vaciamiento del procedimiento de verificación de datos Âûal menos en el ámbito de la AEATÂû o las limitaciones del procedimiento de comprobación limitada, que pue