El torso de vinilo es una obra para mentes transgresoras, cuya trama reta, incomoda, y emplaza los valores en ruinas de nuestro decadente mundo moral. La fábula de una pareja de cuarentones que intenta salvar su matrimonio a toda costa, alcanza su cl¡max con el nacimiento de una hija concebida a través de un vientre de alquiler, aunque el sistema radicular de esta novela es mucho más ambicioso, profundo y complejo: su autor disecciona temas trascendentales como la condición animal del sexo, los sórdidos intersticios de la vejez o los sótanos sombr¡os de la masculinidad, todo ello trenzado, y aqu¡ radica una de las tantas virtudes de El torso de vinilo, bajo un seductor ejercicio de escritura donde los planos on¡ricos y la realidad se atraviesan y difuminan. De igual manera, el tratamiento del cuerpo y la instrumentalización del placer alcanzan alt¡simas cotas de reflexión filosófica, más orientada a plantearnos nuevas interrogantes que a encontrar respuestas. Un lector pudibundo anotará en los márgenes palabras como sucio, escatológico, excesivo. El lector honesto hará un pacto de serena complicidad desde la