Liz Beech desea ardientemente convertirse en escritora, pero es difÃcil llevar un vida artÃstica cuando sus amigas sólo piensan en cosas triviales y sus padres sólo piensan en pelearse. ¿A quién contar los pensamientos más profundos cuando la mediocridad la rodea y se siente aislada? ¿A quién enseñar los primeros capÃtulos de un proyecto de novela? Liz busca asesoramiento profesional en una editora de Nueva York, Julia, en la que encontrará, más que una consejera, una amiga a quien contar problemas literarios y no tan literarios. Gracias a la amistad y a los consejos de Liz, recobra fuerza y empieza a comunicarse más con sus padres. Comprende que tiene que tener esperanza respecto a ellos y a su novela.