Los tiempos convulsos que nos ha tocado vivir, caracterizados por su imprevisibilidad, su volatilidad, incertidumbre, ambigüedad, fragilidad, ansiedad e Incomprensibilidad, hacen que la gestión de las crisis y de los proyectos públicos se vea dificultada de manera significativa. Los cambios tan acelerados que se suceden, la velocidad a la que se trasmite la información (no siempre contrastada por su inmediatez), las consecuencias de los avances tecnológicos, la extraordinaria dependencia de las econom¡as y la complejidad de los entornos en los que se tienen que tomar con rapidez las decisiones para que sean efectivas, complican de forma notoria la forma y los procedimientos convencionales seguidos para resolver adecuadamente una crisis o determinar cómo enfrentarse de forma óptima a la gestión de un proyecto público. Por ello, resulta importante analizar este nuevo entorno VUCA (volátil, incierto, cambiante y ambiguo) porque de lo ahora decidido dependerá la sostenibilidad no solo de las econom¡as, sino de las condiciones de vida del futuro. Estas han sido las razones fundamentales que nos han llevado a des