Esta historia novelada, con rescate de sonoras palabras castellanas escuchadas años atrás en boca de nuestros abuelos, aporta las andanzas y hazañas de un inusitado conquistador, tan elegante y melindroso como audaz y esforzado, a más de infatigable con la pluma,
aunque muchos de sus escritos fueran dados por perdidos en provecho de los cronistas reales. Todo un acervo para sustentar la tesis, apenas enunciada por el americanista Germán Arciniegas y avalada por el escritor y crítico Stefan Zweig, de que don Gonzalo Ximénez de Quesada, tanto por sus lances y desplantes como por sus pericias y desmañas, fuera el inspirador del Caballero de la Triste Figura. Esta obra, aunque de lectura independiente, es la central de la trilogía de La Conquista de Guata, hermanadas en tiempo y destino, además de múltiples e increíbles coincidencias cabalísticas, con otras dos expediciones que, habiendo partido de puntos diferentes en busca de el Dorado, concurrieron en la fundación de Santafé de Bogotá.
