«Como otros exiliados a lo largo de la historia, Said ha sabido sacar fuerza de la desdicha propia y la de su pueblo con miras a convertirla en la baza de un reto: el de transformar, conforme a la célebre frase de André Malraux, «el destino en conciencia» y el de servirse de esta para componer una obra cuya exigencia Ãntima y móvil desinteresado la sitúen por encima de los azares y circunstancias de todo compromiso polÃtico concreto. Said nunca ha sacrificado el juicio individual al prejuicio colectivo, y este rasgo de carácter, infrecuente en todas las sociedades, hace de él una rara avis dentro del palomar donde zurean las palomas amaestradas al servicio del poder de turno, ya sea polÃtico, empresarial o mediático. Una crÃtica lúcida como la de Said, dirigida a la vez a los mecanismos de dominación de Occidente y a las raÃces del subdesarrollo cultural, democrático y social de los paÃses árabes, resulta más necesaria que nunca. Todos nos hallamos hoy enfrentados al horror sin paliativos de un terrorismo fanático y ciego, y a otros horrores, como los que son el pan diario de los palestinos, interesadamente encubiertos por la hipocresÃa de muchos gobiernos.» Juan GoytisoloUno de los tÃtulos capitales en la obra de Said, analiza con lucidez y desde dentro el conflicto palestino-israelÃ.- Edward Said es uno de los pensadores más influyentes del último siglo. Su figura y el respeto por su obra no han dejado de crecer. A menudo eclipsado por sus trabajos académicos, conviene no olvidar la relevancia de su pensamiento polÃtico. Inmediatamente posterior a Orientalismo, desarrolla y ejemplifica sobre el contexto del conflicto las ideas de su obra más conocida. En septiembre de 2010 se han abierto de nuevo conversaciones de paz, lideradas por Hillary Clinton.