Hoy vuelve la memoria a desvelarme
con su luz reposada los caminos,
las voces y las caras
que cesaron de existir.
Puedo oler las caricias de esas manos
que dejaban flotando en mis mejillas
un dulcísimo aroma de cebolla
y de pan recién tostado.
Puedo oír las canciones
con que hacían las camas,
mis pasos en la alfombra
como copos de nieve solitarios.
Hoy vuelvo a recorrer aquel pasillo
y siento el mismo miedo
que ya sentía entonces, pero ahora
yo soy aquel fantasma que de niño
temía tantas veces encontrarme
y me asusto tan sólo de mí mismo
cuando vuelve aquel niño a mi memoria.
"El mismo miedo" de Bernardo Valdés.