De san Agustín se puede afirmar paradójicamente que es bien conocido y que es poco conocido. Bien conocido porque, aun a nivel popular, se sabe que fue uno de los genios de la humanidad, un doctor de la Iglesia con gran influjo en los siglos posteriores, una figura de relieve con admiradores y detractores. Poco conocido porque es frecuente que de su vida se malconozca la etapa que precedió a su conversión, se desconozca la que la siguió y se malinterprete la conversión misma. Lo que muchos saben de él lo deben a la imaginación de los artistas, a las abundantes máximas que se le atribuyen justificadamente o no, a tópicos que se repiten una y otra vez. En general, se conoce más al pecador y menos al santo; más al sabio y menos al pastor y al monje.
La presente biografía ofrece una visión concisa, pero global, del gran africano. Sencilla y sobria, se estructura en breves capítulos que facilitan su lectura; anclada en los textos del santo, no hace concesiones ni a tópicos ni a leyendas.
