En poco más de diez años de intenso trabajo literario, los que van desde que dejó atrás el alcoholismo hasta su temprana muerte, Raymond Carver forjó una obra de primerÃsima magnitud. Sus cuentos fueron celebrados internacionalmente y le valieron el calificativo de «Chéjov americano», pero, en paralelo a esa carrera como narrador, a lo largo de los años ochenta del pasado siglo también fue escribiendo varios poemarios.
De hecho, él mismo dijo: «Empecé como poeta. Lo primero que publiqué fue un poema. De modo que supongo que me gustarÃa que en mi lápida pusiese ?Poeta, cuentista y ocasional ensayista?, en ese orden.» Y es que los poemarios de Carver aquà reunidos ?cinco libros, tres publicados en vida, uno póstumo y un quinto que reunÃa sus inéditos? permiten constatar que su poesÃa no fue ni mucho menos un ejercicio menor, un capricho, una producción subsidiaria o marginal. Sus versos forman parte sustancial de su corpus literario, y no solo ayudan a construir un retrato completo de quien los escribió, sino que son un complemento imprescindible para cualquier lector de sus cuentos.
Los más de trescientos poemas de este volumen ?que incorpora un emotivo prólogo de su viuda, la escritora Tess Gallagher? están arraigados a la vida, a lo cotidiano, y demuestran que Carver no fue solo un narrador superdotado, sino también un poeta profundo y emocionante, que sabÃa explorar los instantes de felicidad o desolación, las flaquezas y la dignidad de los seres humanos, las escurridizas epifanÃas que asoman en las vidas más anodinas. Sus versos atrapan la intimidad sin pompa ni excesos retóricos, y muestran una empática capacidad de comprensión hacia sus semejantes que lo conecta con su amado Chéjov.