El hambre que afligiera a los españoles entregados a la conquista de América, les obligó a comer cueros y culebras en su marcha hacia la prosperidad soñada. Tal vicisitud aniquiló también a quienes gozaban allà de la naturaleza más rica desde la creación del mundo, cuyo ciclo universal culminó con el viaje silencioso de floras y faunas entre continentes hasta entonces ajenos. En UN BANQUETE PARA LOS DIOSES se da cuenta de las comidas, ritos y hambres en el Nuevo Mundo a través de una narración en la que se advierte cómo la conquista de la riqueza ultramarina y de su despensa se va transformando en una orgÃa que conduce a la locura de los dioses. AGUSTIN REMESAL cuenta esa apasionante historia aprovechando los primeros relatos de los conquistadores para explicar la naturaleza afrodisÃaca del chocolate, las leyes que regulaban el uso de la coca, los beneficios sagrados del uso del tabaco, los mil usos del maÃz en la cocina y en el templo, la sabidurÃa andina de los agricultores de la papa, las virtudes de la pantofagia y las bondades de la ingestión de toda clase de animales y vegetales americanos que salvarÃan a la vieja Europa de bÃblicas hambrunas. Queda establecido en esta crónica apasionada que la cocina no tiene religión, a pesar de que la teologÃa se mezcle frecuentemente con los pucheros.