La señora Sincola tenÃa tantos hijos, que no sabÃa qué hacer. TenÃa treinta y un bebés. Un dÃa le dijo a su marido: -Cuidar bebés es un trabajo muy pesado. -No tanto como enseñar, querida. -Tal vez deberÃamos cambiar por un dÃa. Y asà veremos cuál trabajo es más pesado. -Muy bien -respondió su marido. Y eso hicieron...