En un mundo cada vez más interesado en el lucro, el rendimiento y el consumo, la amistad sigue siendo para muchos un modo de afirmar nuestra humanidad. ¿Acaso no nos dice Jesús: "Yo os llamo amigos"?
Este libro recurre al concepto de "amistad universal" para arrojar luz sobre el mensaje evangélico. Comienza el autor preguntándose por la especificidad de la fe cristiana, lo cual le hace descubrir la noción de comunión y, por tanto, la importancia de la unión de los creyentes en la Iglesia. Luego explora la amistad y las transformaciones que esta ha experimentado bajo la influencia del cristianismo. A continuación, se refiere a la "aventura" de Taizé y de su fundador como parábola de lo que podría ser una inmensa red de amigos unidos a causa de Cristo y del Evangelio. Finalmente, a partir de todo lo anterior, trata de sacar algunas conclusiones prácticas para la vida de los cristianos en nuestro tiempo.
En el seno de una civilización planetaria que busca su identidad y su unidad, la Iglesia cristiana puede desempeñar un papel insustituible si es capaz de redescubrir su vocación esencial. Como presencia del "Cristo de comunión" en el corazón del mundo, la Iglesia está llamada a ser en todo tiempo y lugar fermento de amistad con Dios y entre los seres humanos. Y para ello no hay más que un camino: el retorno a las fuentes.
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Este libro ha obtenido el 2º puesto en la categoría de "Libros sobre el año de la fe" de la Catholic Press Association de Norteamérica del año 2013.
